La cuestión sería ir cubriendo los tejados y azoteas (en los que fuera posible, claro) de todos los edificios públicos, tanto de la administración local como de la regional y estatal. A esto se le podrían añadir subvenciones a particulares que también cubrieran los tejados de sus edificios con vegetación (o incluso con huertos!). Sería fantástico ir viendo cómo la ciudad se va cubriendo de una capa verde. Una experiencia de gran valor ecológico, además de la visibilidad internacional que podría traer a la ciudad.
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