Se podría rebajar el presupuesto para parques y jardines reduciendo drásticamente las labores de poda que se llevan a cabo todos los años. No hay necesidad para ello, al menos no en los parques, donde se debería dejar que los árboles crecieran y se desarrollaran de manera natural. No hace falta que todos los árboles de la ciudad estén redondos como aceitunas; se gasta dinero y es mucho menos estético. No hay más que visitar Inglaterra, por ejemplo, donde la poda de árboles en las ciudades es prácticamente inexistente... y no pasa nada.
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