Cuando se va, por ejemplo, a Londres, le sucederá siempre la primera vez que el bus al que está esperando le pase enfrente de sus narices sin pararse y se quede con cara de tonto. A la segunda aprende seguro, alza su brazo y el autobús para. Este sistema que tiene de "smart" mucho y de tecnología necesaria poca mejora el rendimiento y los tiempos de los autobuses infinitamente. Si la persona que está en la parada no quiere utilizar esa línea y no hay nadie que quiera bajarse, se evita un parón que ralentiza el recorrido del autobús. Con algo tan sencillo como un cartel, también adaptado al braille y con letras grandes, que diga que para que el autobús pare hay que alzar el brazo cuando esté cercano se mejora mucho el servicio y no conlleva más que un pequeño periodo de adaptación en el que los conductores recuerden a los usuarios que a partir de tal fecha sólo pararan si alguien así lo pide.
Si, además, se quiere ir más allá. Sería tan fácil como crear una aplicación que te permita a través del móvil activar la luz de parada de la línea en concreto. tal cual se hace dentro del autobús compatible con el sistema tradicional del brazo que nunca falla.