El incendio de Santander de 1941 borró casi todas las huellas de la antigua ciudad, siendo hoy sólo visibles algunos de sus vestigios.
Aunque tiene otros atractivos turísticos y paisajísticos más que demostrados, es una pena que Santander sea de las pocas ciudades del norte, por estas circunstancias, con un casco antiguo de más antigüedad.
Mi idea consiste en que desde turismo se desarrolle una app de realidad aumentada descargable por el visitante y en la que se pueda ver, a través del archivo fotográfico preincendio, cómo era el Santander antiguo contrastándolo con el nuevo.
A raíz de ella podría crearse una ruta por la ciudad en la que el turista pudiese con su móvil ver esas dos Santander y acceder así a un patrimonio histórico perdido.