
Por su tamaño, Santander es una ciudad ideal para implantar un 'camino escolar seguro'.
Esta iniciativa promueve pensar itinerarios para que los escolares acudan a sus centros sin apenas tocar el tráfico rodado. Para ello, se coge el mapa de la ciudad y se trazan itinerarios hacia los colegios que intenten llevar por calles peatonales, parques o bulevares, entre otros.
El llamado 'camino escolar seguro' tiene un gran impacto sobre la movilidad de la ciudad, pues trata de evitar los desplazamientos en vehículo privado hacia los coles. Esto es especialmente posible en las ciudades de pequeño y medio tamaño.
Además de la descongestión de tráfico, tienen otros beneficios: fomentan los hábitos saludables entre los más pequeños (ejercicio físico de desplazarse caminando), su autonomía (al ser caminos 'seguros', pueden ir antes solos al cole) y el uso del espacio público.