
El aceite de cocina puede tratarse y convertirse en biodiesel (combustible) para los autobuses urbanos. Varias ciudades internacionales ya lo hacen.
Propongo que, dentro de los servicios de limpieza y recogida de basura municipales se incluya un camión que recolecte el aceite usado de los establecimientos de hostelería de la ciudad. Los restaurantes de la ciudad podrían inscribirse gratuitamente en la iniciativa, e incluso recibir incentivos fiscales si participan de ella.
Una empresa municipal o privada podría tratar el aceite y convertirlo luego en biodiesel que fuese utilizado por la flota urbana de autobuses.
Esta idea se construye sobre varios principios de la economía circular, como son reciclar y reutilizar.