Desde la infancia debemos inculcar a los niños y niñas el respeto por la naturaleza y el cuidado del medio ambiente y qué mejor forma de hacerlo que poder experimentar de forma lúdica con los elementos que nos ofrece la naturaleza (piedras, palos, troncos, hojas...) y sus alimentos (cultivo, mantenimiento, recolecta). La idea es crear un espacio lúdico con elementos de la naturaleza donde los niños y niñas puedan jugar y diseñar, a su vez, un pequeño huerto ecológico con distintas variedades (huerta de invierno y huerta de verano) para promover entre los más pequeños hábitos de vida saludables.
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