Santander está sucia, muy sucia. El servicio de limpieza se ha deteriorado mucho en los últimos años, no sé las razones. Y la ciudadanía colabora poco: sacudimos por las ventanas, escupimos,tiramos papeles al suelo, bajamos la basura a deshora, hacemos botellón, tenemos miles de perros que ensucian aceras y mobiliario urbano impunemente, abandonamos residuos de todo tipo en las playas...Tercermundista. Y una situación tercermundista requiere educación. Por eso propongo una campaña educativa que implique a todo el mundo, que conciencie a la población sobre su papel en el mantenimiento de una ciudad limpia y salubre.
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